lunes, 26 de mayo de 2014


EL VALOR DE LA VIDA

El hombre viejo . . .
El hombre sabio . . .
El hombre viejo es sabio . . .

Un hombre de 92 años, bajo, muy bien vestido, quien cuidaba mucho su apariencia, se está cambiando a una casa de ancianos hoy.

Su esposa de 70 años murió recién y el se vió obligado a dejar su hogar.

Después de esperar varias horas en la recepción, gentilmente sonríe cuando le dicen que su cuarto está listo.

Conforme camina lentamente al elevador, usando su bastón, yo le describo su cuarto, incluyendo la hoja de papel que sirve como cortina en la ventana.

- "Me gusta mucho", dijo, con el entusiasmo de un niño de 8 años que ha recibido una nueva mascota.

-"Señor, usted aún no ha visto su cuarto, espere un momento, ya casi llegamos".

"Eso no tiene nada que ver", contesta.

"Ya está decidido en mi mente que me gusta mi cuarto. Es una decisión que tomo cada mañana cuando me levanto".

"La felicidad yo la elijo por adelantado".

Si me gusta o no el cuarto, no depende del mobiliario o la decoración, sino de cómo yo decido verlo.

"Yo puedo escoger; puedo pasar mi día en cama enumerando todas las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan  bien, o puedo levantarme y dar gracias al cielo por aquellas partes que todavía trabajan bien".

"Cada día es un regalo, y mientras yo pueda abrir mis ojos, me enfocaré en el nuevo día, y todos los recuerdos felices que he construido durante mi vida".

"La vejez es como una cuenta bancaria: tu retiras al final lo que has depositado durante toda tu vida".

Así que mi consejo para ti es que deposites toda la felicidad que tengas en tu cuenta bancaria de recuerdos.

Gracias por tu parte para llenar mi cuenta con recuerdos felices, los cuales yo todavía sigo llenando. . .

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cáiro, Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio.

El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.

"Donde están sus muebles? preguntó el turista. Y el sabio, rápidamente, también preguntó:

- ¿ Y donde están los suyos. . .?

-¿Los míos?, se sorprendió el turista. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!

Yo también. . .   concluyó el sabio.

"La vida en la tierra es solamente temporal. . .   Sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices".

"El valor de las cosas no está en el tiempo que duran , sino en la intensidad conque suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables".

Y recuerda:

Dios no te preguntará que modelo de auto usabas; te preguntará a cuanta gente llevaste.

Dios no te preguntará los metros cuadrados de tu casa; te preguntará cuanta gente recibiste en ella.

Dios no te preguntará la marca de la ropa en tu armario; te preguntará a cuantos ayudaste a vestirse.

Dios no te preguntará cuan alto era tu sueldo; te preguntará si vendiste tu conciencia para obtenerlo.

Dios no te preguntará cual era tu título; te preguntará si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.

Dios no te preguntará cuantos amigos tenias; te preguntará cuánta gente te consideraba su amigo (a).

Dios no te preguntará en que vecindario vivías; te preguntará como tratabas a tus vecinos.

Dios no te preguntará el color de tu piel; te preguntará por la pureza de tu interior.

Dios no te preguntará por qué tardaste tanto en buscar la Salvación; te llevará con amor a tu casa en el Cielo y no a las puertas del infierno.

Libera tu corazón del odio.
Libera tu mente de las preocupaciones.

Recuerda estas simples líneas para lograr la felicidad:

Vive de forma simple . . .

Da más . . .   y

Espera menos . . .

Anónimo.



lunes, 12 de mayo de 2014

LOS DIEZ MANDAMIENTOS PARA SABER ENVEJECER.


LOS DIEZ MANDAMIENTOS PARA SABER ENVEJECER

1.- Cuidarás tu presentación día a día. Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida! El baño diario, el peinado, la ropa, todo atractivo, oliendo a limpio, a buen gusto. El buen gusto es gratuito, no cuesta nada. Que al verte se alegren tu espejo y los ojos de los demás. 

 2.- No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y al campo de paseo. “El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece”. 


3.- Amarás el ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia, una caminata razonable dentro o fuera de casa, por lo menos abrir la puerta, regar las rosas, contestar el teléfono, baila aunque estés solo, haz cualquier movimiento que te despegue de la cama y del sillón. “Contra pereza, diligencia”. 

4.- Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado, la cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pasas: 

“¡Qué rectito el señor!, ¡qué guapa la señora!”
 

Recuerda: Las canas... ¡se tiñen! y las arrugas... se disimulan con una amplia sonrisa! pero el arrastrar de pies... eso sí es signo de vejez!
 




5.- No hablarás de tu edad ni te quejarás de tus achaques, reales o imaginarios... 
Acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que en realidad estás y te harán el vacío. A la gente no le gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten ¿Cómo estás?, contestarás que: ¡Muy bien! ¡Divinamente!
 

6.- Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo, buena cara. Sé positivo en los juicios, de buen humor en las palabras, alegre de rostro, amable en los ademanes. No seas un viejo amargado. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo. “El corazón no envejece” (el cuero es el que se arruga). 

7.- Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada del árbol de la vida. Bástate a ti mismo hasta donde sea posible. Y ayuda, ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. Al abrirte a los demás, dejarás de estar pensando en un “yo” angustiado y solitario. “Solo cuando se abre la nuez, aparece la almendra”. 

8.- Trabajarás con tus manos y con tu mente. El trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística. Haz algo, lo que sea y lo que puedas. Una ocupación artesanal, un rato de lectura, un trozo amable de TV, la música. La bendición del trabajo es medicina para todos los males y si ya estás jubilado, ocúpate en actividades de servicio, los hospitales, asilos, iglesias, etc., siempre necesitan manos que ayuden. 

9.- Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego, las que se anudan en el hogar, integrándote a todos los miembros de tu familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. 
Convive, pero sin inmiscuirte en los problemas de los demás, a menos que expresamente te pidan un consejo, recuerda: “Ver, oír y callar”.
 

10.- No pensarás que “todo el tiempo pasado fue mejor”. Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu momento. No digas a cada palabra: 

“Las cosas andan mal, allá en mí tiempo”...
 

“Recuerdo que antes”...
 

No vivas de recuerdos, mira hacia el futuro con alegría. 

¡Ponte nuevas metas, haz planes, sueña! 

Positivo siempre, negativo jamás. 

Toda persona debiera ser como la Luna: Destinada a dar luz... y como el Sol siempre dando calor...



lunes, 5 de mayo de 2014

"EL CAMELLO"



EL CAMELLO

(una historia sobre las falsas ataduras que nos impiden ser auténticos)

Si no te decides a cambiar y a progresar, se te podrá aplicar el cuento del camello:

"Había una vez un árabe que viajaba de noche. Sus esclavos, a la hora del descanso, se encontraron conque no tenían más de 19 estacas para atar a sus 20 camellos.

Cuando consultaron al amo, éste les dijo: "Simulen que clavan una estaca cuando lleguen al camello número 20, creerá que está atado."

Así lo hicieron efectivamente, y a la mañana siguiente todos los camellos estaban en su sitio, y el número 20, al lado de lo que se imaginaba, sin moverse de allí. Al desatarlos para marcharse, todos se pusieron en movimiento menos el número 20 que seguía quieto sin moverse. Entonces el amo dijo:

- " Hagan el gesto de desatar la estaca de la cuerda, pues el tonto aún se cree atado."

Así lo hicieron, y el camello entonces se paró y se puso a caminar con los demás."

¿Cuales son las falsas ataduras que te impiden ser tu mismo? 

¿Habrá otros que te amarran a tu in-autenticidad, por la cual no aspiras a ser tu mismo?

Y ¿por que no tratar de aprovechar al máximo tus inmensos potenciales aspirando ser tu mismo?.

Anónimo